* Del cicle : CONSTRUCCIÓ i CANSAMENT A LA BARCELONA CULTURAL
Parece que vamos bien. El pasado 15 de noviembre el Congreso se mostraba unánime en el camino hacia el Súper Pacto sobre violencia de género al que Dolors Montserrat Montserrat se refería en su acto de nombramiento como ‘Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad’. La Ministra con triple nombre catalán prometía cambios y, escasos días después, se aprobó la subcomisión parlamentaria que deberá mostrar resultados antes de final de año. Dos semanas más tarde, con motivo del Día Contra la Violencia de Género, Mariano Rajoy corrobora que “el pacto empieza a coger forma” 1 . Así que parece que vamos bien. El Estado se pone las pilas. Hoy al menos, los sucesos —el hombre que mata a golpes a su pareja en Palma de Mallorca, la evolución del caso de violación colectiva en San Fermines o la periodista de Burgos apuñalada por su expareja— tienen contrapunto. La cuestión es, ¿de qué tipo? ¿Qué forma es la que empieza a coger todo esto?
De momento sólo podemos conjeturar desde las declaraciones de nuestros políticos. Dice la Ministra que el pacto tiene el fin de que “ninguna mujer muera a manos de su maltratador” 2 — bien. Dice el Presidente que el teléfono 016 es el instrumento que “actúa como la mejor y más fácil puerta de entrada al sistema y a la normalidad” 3 para víctimas del maltrato. Ambos aseguran que “hoy es un día de esperanza para miles de mujeres” 4 . Acaban sus discursos con la triunfal observación sobre la unanimidad del Congreso, diciendo que “la violencia de género no entiende de ideologías” 5 — y yo que me alegro, Ministra; felicitaciones también, Sr. Presidente. El problema es, fíjense, que las políticas y sistemas de gobierno sí que entienden de ideologías; que la violencia de género no sólo entiende lo que no está escrito sobre ideología, sino que nace, se hace y se perpetúa a través de ésta.
En realidad, para ser exactas y hablar con propiedad, hay que cambiar el término sesgado de ‘ideología’ por el de ‘discurso’ articulado por el filósofo Michel Foucault 6 — bastante más complejo pero definitivamente más completo. Hablar de ‘discurso’ bajo los parámetros del teórico francés nos permite, entre otras cosas, entender que éste actúa como un sistema de relaciones (de jerarquía, dominación, estratificación, etc.) para la construcción del conocimiento, de prácticas sociales, del individuo y de relaciones de poder 7 . Si nos regimos por este principio en el caso que nos atañe, si entendemos el discurso como un sistema de relaciones que construye prácticas sociales, predecimos entonces que no vamos tan bien aunque lo parezca.
Del discurso actual se desprende una ecuación muy sencilla en las líneas de actuación del gobierno estatal y es la siguiente: más víctimas = más ayuda. Las políticas se centran en apagar fuegos, en la urgencia; lícito y necesario. El problema viene cuando desplazamos la raíz de la enfermedad a un plano extra-sistémico, cuando nos olvidamos de que los altísimos datos de violencia de género son el desolador síntoma de una enfermedad socio-cultural: la desigualdad de sexos a través de la construcción milenaria y sistémica de ‘género’. Así, cuando la Ministra dice “la violencia de género no entiende de ideologías” 8 está obviando que la estructura de su propio Ministerio (heredada del cambio en 2010 bajo mandato del PSOE) no está preparada para acabar con el problema de raíz. Y es que, llámenme purista, pero siempre me ha parecido sensato eso de no confundir el culo con las témporas, por qué, ¿qué tendrán que ver, las competencias y políticas de Sanidad con las de Igualdad? Que nos lo expliquen. Por otro lado, cuando el Presidente habla del 016 como herramienta principal para inserir a las víctimas en el sistema, evita decir de manera clara y directa que el sistema está generando víctimas. Pero el hablar de ello en estos términos, el radicalizar el lenguaje, comportaría implantar unas políticas transversales para las que su partido no está preparado. Cuestión de ideología —para plantearlo en sus términos.
Discursos más honestos y políticas más directas son los que adoptan Ada Colau desde la alcaldía del ayuntamiento de Barcelona —lo indicaba Gisela Chillida en su último artículo para esta misma publicación— o Mònica Oltra desde la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Comunidad Valenciana. La urgencia en la ciudad condal —donde los Mossos d’Esquadra reciben una llamada de ayuda cada 6 horas— y en la comunidad vecina —donde el número de denuncias en 2015 ascendía a 9.614— es igual de apremiante que en el resto del Estado. Sin embargo, en ambos casos se entiende que la ecuación ‘más víctimas = más ayuda’ es insuficiente ya que se limita a mitigar un de las ramificaciones de la enfermedad. Sin duda se trata de la peor de las ramificaciones, una cuestión de vida o muerte, pero no es la raíz. Por ello los objetivos de Oltra se plantean en términos como los de “trasladar la responsabilidad a toda la sociedad” 9 y ponen el acento en campañas y planes educativos para que “desde bien pequeñitos identifiquen que una relación basada en la dominación y en la posesión no es una relación de amor” 10. Por eso el Consell de Juventud del ayuntamiento de Barcelona ha quedado subsumido a la regidoría de Feminismos y LGTBI con el gobierno de Colau. Se trata de medidas transversales que modifican las estructuras de gobierno para empezar por educación y seguir por cultura, sin descuidar la urgencia.
Esta misma radicalidad discursiva y transversalidad en las líneas de acción es la que ha de tener el Súper Pacto para que haga que vayamos bien y no sólo lo parezca. Si queremos evitar que los sucesos sigan teniendo nombre de mujer hay que educar e impulsar y reforzar prácticas sociales igualitarias. Esperamos, pues, que el Súper Pacto, sea Radicalmente Transversal; así, ¡con mayúsculas! Adelante, Ministra, Sr. Presidente, y demás miembros del Pleno, estamos con ustedes.
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Amanda Masha Caminals es Comisaria de arte contemporáneo. co-fundadora de la plataforma artística y red cultural feminista translocalia.com, a través de la cual ha comisariado obras en espacios públicos de las ciudades de Lahore, São Paulo y Londres. Vive y trabaja entre Barcelona y Londres.
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1 http://www.larazon.es/sociedad/rajoy-el-pacto-de-estado-contra-la-violencia-de-genero-empieza-a-cobrar-forma-FF14009084#.Ttt1TL8OiyqQvak
2 http://www.lavanguardia.com/politica/20161115/411892344478/montserrat-hoy-es-el-inicio-del-pacto-contra-la-violencia-de-genero.html
3 http://www.larazon.es/sociedad/rajoy-el-pacto-de-estado-contra-la-violencia-de-genero-empieza-a-cobrar-forma-FF14009084#.Ttt1TL8OiyqQvak
4 http://www.lavanguardia.com/politica/20161115/411892344478/montserrat-hoy-es-el-inicio-del-pacto-contra-la-violencia-de-genero.html
5 Ibidem.
6 Michel Foucault, ‘Orders of discourse’, Inaugural lecture delivered at the Collège de France, 1971; y: Michel Foucault, The archeology of knowledge and the discourse on language, (New York: Pantheon Books, 1972).
7 Michel Foucault, The archeology of knowledge, Op. Cit., pp. 3-5.
8 Op. Cit.
9 http://www.abc.es/espana/comunidad-valenciana/abci-unhomedeveritat-no-excusas-vamos-ellos-monica-oltra-presenta-campana-contra-violencia-genero-201611221755_noticia.html
10 Ibidem.