Skip to content

Álex Sàlmon – La necesidad de un Sant Jordi

Somos muchos los que tenemos la sensación de una falta de algo importante. Como cuando sales de casa y sientes la ausencia de una necesidad imperiosa. Como la angustia de llegar a una entrevista con un bolígrafo sin tinta. Una ansiedad modalidad “vintage” ya que son muchos los periodistas que ahora toman notas directamente en el móvil. Allá ellos.

Esta primavera ha carecido de una rutina esencial en la vida de un periodista cultural: el paseo por entre escritores de firmas en las librerías o el deambular por el Retiro saludando a los autores con novedad editorial resguardados del sol en la Feria del libro. Se trata de un desconsuelo pequeño, naturalmente, pero que provoca una pena asfixiante. Como si el aire faltara. Como si algo estuviera desordenado.

Todo apunta a que el Sant Jordi de este año se celebrará el 23 de julio y la Feria de Libro en octubre. Los dos fuera de estación. No se trata de una suposición pero tal como se desarrollan los acontecimientos que afectan a eventos de multitud, mejor ser precavidos. Todo ello justo el año que dos macro concentraciones de escritores, la “Feria del Libro de Guadalajara” y el “Hay Festival of Literature & Arts”, han obtenido el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. En definitiva, el reconocimiento a la ceremonia de la reunión literaria.

La literatura necesita de puntos de encuentro. Los escritores y editores precisan de contacto. A la vez, los periodistas necesitan ser los notarios de todo ello. En realidad, son parte de los  mismos personajes que aparecen en la escenografía pública de la literatura.

¿A qué es debido? La crítica literaria casi ha desaparecido. Es cierto que existe, que los suplementos culturales se dedican a ella y con firmas importantes. Sin embargo, atrás quedó el tiempo en que una mala crítica podía destrozar un libro. El listado sería largo pero para qué recordar momentos memorables del periodismo cultural que, en ocasiones, acabaron con la carrera de buenos escritores. También de malos.

Eliminada la crítica literaria como eje fundamental de la promoción de un libro, sólo quedan los prescriptores. Así deberían ser calificados: prescriptores culturales. No es un calificativo negativo. Peor es la denominación de “influencers” literarios. Se trata de comentar libros y hablar de ellos. Y se comenta mejor si la relación entre periodista y escritor tiene ciertos toques de complicidad. Y eso se consigue en ferias y días del libro como los que este año no hemos podido celebrar. Observen el grado de necesidad que alcanza.

En el caso del Sant Jordi, se trata de una agradable ceremonia de relación y de condición humana. Ciertamente, no conozco una fiesta cultural mejor, fundamentalmente por su brevedad en el tiempo. En no más de 12 horas pasa todo. No más, si la hora de retirada nocturna se sitúa en los parámetros normales, aunque no siempre sea posible.

Una charla lleva a otra y esa a otras, y es un no parar. En Guadalajara, en Frankfurt, hasta en Madrid debido a que la feria dura tres fines de semana, la gestión del tiempo es más laxa. El Sant Jordi tiene ese grado de adrenalina que obliga al autor, al editor y al librero a ir a por todas. No fallar en nada. Que la librería haya hecho un acopio inteligente de libros, que el editor decidiera bien en cuanto a la cantidad de libros publicados y el escritor esté a la altura con sus lectores, en este caso pensando en las próximas citas y libros, ya que el autor es el mejor comercial de su obra.

Para que la fusión funcione existen un listado de eventos y fiestas donde toda la familia editora entra en catarsis y ofrece la mejor hoguera de las vanidades. Mucho ego junto. Todo tipo de ego. El inteligente y el anodino. Y siempre funciona.

Por ello es una necesidad. Por eso, todo el clan está falto de contacto carnal e intelectual. De cotilleo, alimento puro que todo escritor y periodista precisa. Hablar, comentar y poner verde al autor o editor o, claro, periodista que no acaba de caer bien. Todo bien estructurado por familias en manadas. Así somos los que nos movemos por esos espacios tan pintorescos. Las manadas que ayudan a entender de qué va todo esto. Relaciones humanas, en definitiva.

*

Álex Sàlmon és periodista, analista a Catalunya Ràdio, Tv3, TVE i Ràdio 4. Professor de periodisme a la UAO i a la UIC.

Published inARTICLES DE TOTS ELS CICLESFestival o creacióPUBLICACIONS

Be First to Comment

Deixa un comentari

Simple Share Buttons