* Del cicle : CONSTRUCCIÓ i CANSAMENT A LA BARCELONA CULTURAL
Estos últimos años el panorama artístico barcelonés se ha enriquecido gracias a espacios autogestionados que al margen de las instituciones y del mercado han llevado a cabo iniciativas que repiensan la práctica artística y curatorial a través de la crítica y la acción. Síntoma de una crisis estructural y discursiva de las instituciones agudizada por la coyuntura económica, sirven de contrapeso a los grandes eventos Marca Barcelona. En pocos metros cuadrados y en lugares antes no habituales para el arte contemporáneo -pisos, garajes o el espacio público- acogen conferencias, workshops, seminarios, charlas, residencias y exposiciones.
Es el caso de Halfhouse, uno de los espacios más veteranos fusión de casa y lugar de intercambio artístico. Origen similar lo tuvo Homesession, otro de los proyectos más longevos nacido en una vivienda y actualmente metamorfoseado en galería. En un piso en Plaza de la Vila de Madrid, sin ninguna señalización a pie de calle que lo indique, encontramos The Green Parrot concebido por los comisarios João Laia y Rosa Lleó para presentar a artistas mid-career que trabajan fuera de Barcelona.
Estos nuevos espacios proponen además nuevas lecturas de la historia oficial y acogen relatos plurales marginados por el discurso hegemónico. Mientras el MACBA “despide” a Paul B.Preciado y mantiene en stand by su programa de estudios (PEI), El Palomar permanece como altavoz de las manifestaciones queer y teorías post-feministas. Espai Colona empezó en el piso que la pareja de artistas chilenos, Rosario Ateaga y Andrés Vial, tenía en Avenida de Roma con el objetivo de presentar proyectos que desde una mirada decolonial trataran la cuestión de la territorialidad. Actualmente continúan con su crítica al eurocentrismo desde Sant Pere més Baix. Para Espacio Práctico, pensar y hacer son indisolubles. Por eso, con la idea de producir conocimiento a través del ejercicio y del movimiento, quiere definirse a través de las acciones que tengan lugar en esos 30m2 dirigidos por Javier Vaquero Ollero y Aimar Pérez Galí.
Híbridos, resilientes, transversales e inclusivos todos estos laboratorios de ideas se han convertido en verdaderos generadores de cultura: favorecen el intercambio profesional, crean nuevos modos de relación con el público, imaginan maneras de trabajar alternativas y potencian el cruce entre disciplinas. En las antípodas de instituciones instrumentalizadas, museos convertidos en escaparates, programaciones dirigidas al turista o proyectos ligados a unas reformas urbanísticas demasiadas veces acompañadas de procesos de gentrificación, construyen cultura desde abajo y piedra a piedra o como decía Rilke, convierten los muros en peldaños.
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Gisela Chillida és crítica d’art i comissària independent.