La oferta de las galerías de arte contemporáneo en Barcelona goza de muy buena salud. Sus exposiciones siguen acorde a las propuestas más avanzadas de la escena internacional y mantienen un buen programa dedicado al panorama local. El nivel profesional es alto y a pesar de la diversificación producida por el agotamiento de la etapa de ‘Consell de Cent’, la mayoría de las galerías mantienen fuertes vínculos entre ellas a través de asociaciones como Art Barcelona, promotora en nuestra ciudad de eventos tan significativos y distintivos como el Barcelona Weekend o el Art Nou.

De todas formas, todo es mejorable. La comunicación entre éstas y los centros culturales y museos de la ciudad es escasa por no decir nula. No ayuda al beneficio común el poco entendimiento entre espacio público y privado con sus consecuentes prejuicios en las ofertas al público en general. Como ejemplo el proyecto frustrado de la ‘Montaña de los Museos’ durante el periodo Trias en el ayuntamiento, un proyecto cultural estrella donde la montaña de Montjuic se transformaba en un gran polo museístico y donde por primera vez tanto las instituciones gubernamentales de la ciudad y el país junto con museos, fundaciones o Fira parecían llegar a un entendimiento para crear en diversos pabellones de la zona un gran centro de actividad cultural. Si a este último gran proyecto inacabado sumamos que nuestra ciudad sigue viuda de una gran feria de arte contemporáneo que haría más aún si cabe de Barcelona un lugar propicio para las peregrinaciones culturales, seguimos con un amplio margen de mejora.

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Carles Taché és galerista.