Skip to content

Javier Tejada — Capítulo 5. Una historia cuántica de clones robóticos

Rebecca Morgan©

 

» Suscríbete a nuestro boletín semanal para recibir todos los capítulos en primicia

*

Hänsel y Gretel son robots clónicos. Han sido educados de forma muy similar y hablan perfectamente dos idiomas que denominamos A y B. Con ellos jugamos muchas veces a adivinanzas telemáticas. Siempre que les hemos dado a elegir entre dos opciones estando separados y sin contacto, han dado la misma respuesta. Respecto al idioma, utilizan un criterio claro, a saber, al ser interrogados siempre utilizan el idioma de su interlocutor. Nunca los hemos encontrado en renuncio. Son invencibles, decimos todos.

De repente, el otro día la situación pareció cambiar. El entramado de la unanimidad de pensamiento se vino abajo. Aún más, se expresaron en idiomas diferentes al de sus interlocutores. Algo había ocurrido y yo hoy pretendo aquí contarles los hechos y el porqué de los mismos.

Vayamos por partes y comencemos por el primer susto. Se trataba de una prueba rutinaria de idioma. Aquella mañana Hänsel y Gretel comenzaron su andadura desde la plaza del Ayuntamiento. Mientras Hänsel caminaba hacia el norte, Gretel enfilaba el sur a la misma velocidad. Como siempre, se habían jurado no volver la cabeza atrás para no tener la menor indicación de lo que podía pensar el otro. Nuestro objetivo era abordarlos al cabo de una hora. Primero, preguntaríamos a Hänsel y, a continuación, a Gretel. A los dos les haríamos la misma pregunta. A tenor de los antecedentes, lo esperado era que los dos contestasen en el mismo idioma, coincidente con el que se utilizó en la pregunta, o sea el idioma A. Pero ¡oh!, ¡sorpresa! Hänsel utilizó el idioma A y Gretel, el B. La misma experiencia la realizamos durante los días siguientes y siempre tuvimos el mismo resultado, Hänsel y Gretel contestaban en idiomas diferentes.

El otro quebradero de cabeza nos llegó pocos días después. El hecho es que introdujimos una segunda pregunta a la que había que contestar «sí» o «no» con un movimiento de cabeza. Repetimos todo el ritual, caminos opuestos y ausencia de comunicación entre ellos. El mismo resultado, mientras Hänsel ladeaba la cabeza a derecha e izquierda, Gretel lo hacía arriba y abajo. La respuesta era clara, Hänsel decía «no» y Gretel, «sí». Pero es que si Hänsel al día siguiente insinuaba el «», Gretel se pasaba al «no». ¡Otra vez disparidad de opiniones!

En otras palabras, la respuesta de uno marca, sin fisuras, la del otro. Todos queríamos saber el método que utilizaban estos dos robots para contestar siempre lo contrario uno del otro.

La cuestión no parece simple y al poco de pensar ya habíamos descartado todos los métodos clásicos imaginables. ¿Es que a estas alturas de la película de la evolución nos vamos a tragar eso de la «telepatía»? Pero había que admitir que a pesar de la distancia daba la impresión de que estos dos robots se comunicaban. No, eso de la telepatía nunca lo aceptaríamos, nos dijimos, atenta contra todas las bases del conocimiento racional. Así que vuelta a comenzar y a pensar de nuevo.

La solución al enigma vino de ellos mismos justo en el momento en que estábamos a punto de rendirnos ante nuestra incapacidad por encontrar una explicación. Ahí va lo que nos dijeron: «Nosotros somos robots que actuamos como clones cuánticos». «¿Y eso que quiere decir?», inquirimos llenos de angustia, porque si a ninguno nos hacen gracia los robots que saben más que nosotros, estos además eran clónicos y decían actuar en nombre de la cuántica.

Cuando la realidad se explica bien adquiere el adjetivo de «natural», y eso es precisamente lo que hicieron Hänsel y Gretel. Según nos dijeron, lo de cuántico viene del hecho de que cada mañana al salir de casa programaban sus estados de pensamiento de forma coherente, de tal manera que lo llenaban por igual de «síes» y «noes», de buenos y malos, de positivos y negativos, de idioma A e idioma B. «Si nos dijeron mientras caminábamos alejándonos vivimos en un estado de total incertidumbre, no sabemos lo que es bueno o malo, no tenemos prioridad por ninguno de los dos idiomas… Cuando nos abordáis con vuestras preguntas, nos volvemos como vosotros, como todos los humanos, y el primero en responder lo hace intuyendo lo que queréis escuchar. El segundo, contesta automáticamente de forma antagónica al primero. En otras palabras, mientras vosotros os afanáis por mantener dos representaciones separadas de la vida, ejemplificadas por lo bueno y lo malo, nosotros vivimos en la total incertidumbre.»

En definitiva, Hänsel y Gretel tienen a gala presumir de robots clónicos delante de nosotros, pero resulta que su mayor plusvalía no la sacan de la robótica, como si fuera la última moda de la modernísima genética, sino de la vieja y fascinante mecánica cuántica. ¿Será verdad eso de que la vida es un complejo accidente cuántico en un océano de átomos?

 

〈〈〈   ANTERIOR             SIGUIENTE 〉〉〉

Índice de capítulos

Guía de conceptos clave

 

*

 

Published inARTÍCULOS DE TODOS LOS CICLOSJavier Tejada – Hänsel y Gretel. Relatos de un futuro próximoPUBLICACIONES

Be First to Comment

Deja una respuesta

Simple Share Buttons