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Álex Sàlmon – Reescribir la contracultura de la Barcelona de los 70

Hace unos años comencé a recopilar información para escribir una larga historia sobre la Gauche Divine. Hubo dos autores, ya fallecidos, que me animaron a aquello: Manuel Vázquez Montalbán y Eugenio Trías. El primero siempre ninguneó a los divinos. “Aquello no fue nada”, decía, “pero hay que explicarlo”. El segundo la consideraba “una nada interesante de contar”. Y añadía: “se leía, se bebía y hubo mucho sexo entre todos nosotros. Poca cosa más”. Fuera lo que fuere, a pesar de ser ninguneada por algunos de sus integrantes, aquella Gauche Divine marcó una generación de activistas culturales que dejaron impronta libertaria de aquellos años 60 y 70.

Al nacionalismo de aquel entonces, ya impulsado por Jordi Pujol, no le interesó esa forma de hacer cultura porque no sabía cómo controlar a esa masa de “tipejos” que pensaban por sí solos. Se dedicó durante algún tiempo a esperar situaciones extremas en la viabilidad económica de aquellos débiles motores culturales, pero con potentes proyectos, para aprovechar y colocar a su gente. Un ejemplo de esa intromisión fue la que sufrió Barral Editores. El dinero del nacionalismo estaba preparado para comenzar a construir país. Con razón el primer president electo de la Generalitat restablecida era banquero.

La cuestión es que la Barcelona cultural de finales de los años 60 y 70 fue muy canalla y callejera, en el buen sentido de la palabra. Al nacionalismo catalán, entonces muy católico y nada radical, eso no le cuadraba. Le costaba comulgar con perfiles tan característicos como el cantante Jaume Sisa, el dibujante Nazario, el artista Ocaña, editores como Carlos Barral o Jorge Herralde o revistas como Ajoblanco o Star.
La pregunta que se hace todavía algún estudioso de aquella época es qué ocurrió en aquella Barcelona, capital de lo “underground” con solvencia y calidad, para que en pocos años Madrid la reemplazara en frescura y espontaneidad. Y tampoco durante mucho tiempo.

Por la Barcelona de la contracultura de los 70 entraron artistas como Robert Crumb y Robert Shelton, se popularizaron creadores que llegaban de Madrid, como Montxo Algora, Ouka Lele, García-Alix, o se escribieron las primeras informaciones sobre grupos puck, gracias al interés internacional del periodismo cultural barcelonés de entonces.

Todo eso ya es sólo historia o material para tesis sobre aquellos tiempos. La cuestión es que ahora se levantan voces de alarma que alertan de una reescritura de aquellos días. El nacionalismo catalán de siempre, ahora reconvertido en independentismo, hace amagos de describir unos iconos que le fueron adversos como propios haciendo partícipe de una acción que rechazaba. Alertaba de ello el que fuera director de Ajoblanco, Pepe Ribas, en un artículo sobre la contracultura barcelonesa, y también lo han hecho escritores que vivieron los finales de los 70 como jovencitos avanzados, estilo Javier Pérez Andújar.

El nacionalismo catalán fue habilidoso a la hora de recontar los hechos. Lo cierto es que el “pujolismo” no lo consiguió con los años 70 barceloneses. Tampoco se molestó. Lo daba por perdido. Pero el tiempo ha pasado y ahora es más sencillo recolocar algunos relatos falseados entre la verdad si el interés es de largo recorrido. Sin embargo, la cultura libertaria o “underground” tiene, todavía ahora, unas dificultades de reinvención propias de su tradición. Lo escribía Jaume Vallcorba en la revista Els Marges en el 76. “L’Underground a casa nostra, i a moltes d’altres, no és sinó un seguit de moviments amb estructura de mirall o d’identificació amb uns altres que s’havien produït, generalment uns anys enrere, dins les àrees de cultura anglosaxones. El terme, per ell mateix, ja és una vaguetat inventada pels mitjans de comunicació dominants per definir uns grups —i més que definir, assimilar— que se’ls escapaven dels dits”.

Y es que cuando los contenidos culturales se escapan por entre los dedos, lo establecido siente preocupación.

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Álex Sàlmon es periodista, analista en Catalunya Ràdio, Tv3, TVE y Ràdio 4. Professor de periodismo en la UAO y la UIC.

Published inCiclosConstrucción y cansamiento en la Barcelona culturalPUBLICACIONES

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