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Rubén Martínez – ¡ Todo el mundo mirando al suelo ! (2a part)

*  Del cicle : CONSTRUCCIÓ i CANSAMENT A LA BARCELONA CULTURAL

(Llegeix la 1ª part)

En ese sentido, es sorprendente la falta de análisis sobre la situación laboral y las condiciones materiales de quienes se reconocen dentro del campo artístico. Conocer la realidad en la que vives es el primer paso para hacer política, y no me refiero a formar parte de un partido, sino a diseñar herramientas para resolver problemas comunes. Pero apenas existen estudios desde la economía política de la cultura ni cifras que muestren cómo viven los artistas.

Y no menos importante, apenas se percibe como problema la falta de sindicación de unos agentes a quienes se les supone una capacidad natural para hacer crítica institucional. Los sindicatos obreros diseñaron su lucha a través de colectivizar un problema supuestamente individual (explotación laboral) y crearon sus propias instituciones para empoderarse. ¿Puede servir la autogestión en el campo artístico para conquistar derechos colectivos?

Las prácticas sindicales parten de entenderse interdependientes con una realidad económica y política para, a través de la solidaridad entre iguales, conquistar derechos. Esa fuerza es la que garantiza poder emanciparse y reducir los procesos de dominación y dependencia a su mínima expresión. Por contra, parece que los proyectos autogestionados que están apareciendo en el ámbito artístico tan solo buscan que sus miembros escalen en las instituciones ya existentes, mostrando la debilidad política de personas o colectivos demasiado cercanos a un campo reaccionario.

Igual es que se trata de un ámbito en el que apenas se mueve dinero y no hay nada a repartir. Tal vez sea que quienes trabajan en el arte en Barcelona no consideran que estén trabajando sino practicando un hobby. O tal vez es que las ansias (o la necesidad) individual por amasar reconocimiento en manos de un espectro institucional desgastado, no permiten percibir un problema colectivo. Y si no hay problema, no hay lucha. Y si no hay lucha, no hay sindicación. Y si no hay sindicación, no hay derechos.

Conducir mirando al firmamento puede acercarnos a la experiencia estética de lo sublime, pero si dejamos de mirar el suelo que pisamos, seguro que nos estrellaremos. No imagino un ejercicio creativo más profundo que construir un espacio para defender derechos colectivos. Y si de algo estoy convencido es que, a la escena artística barcelonesa, le sobra creatividad.

Rubén Martínez

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Rubén Martínez Moreno es miembro de La Hidra Cooperativa (www.lahidra.net) y la Fundación de los comunes (www.fundaciondeloscomunes.net) y investigador en el Institut de Govern i Polítiques Públiques (UAB).

 

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