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Gisela Chillida – Agua y arte. Fuente y muerte

“En un principio fue el agua.”
Tales de Mileto

 

En un papiro egipcio que seguramente consultó Tales de Mileto se puede leer “en el principio era el Nu, masa líquida primordial, en cuyas infinitas profundidades se agitaban, confusos, los gérmenes de las cosas”. Asimismo, en la propia mitología griega se atribuye al agua un papel primordial. Baste de ejemplo la Ilíada: “voy a ver a Océano, progenie de dioses, y a la madre Tetis” o “la corriente del río Océano, que es la génesis de todas las cosas”. En el mito babilonio de Eridu se nos narra un origen en que todo era mar. En la Biblia se nos cuenta cómo Yahveh extendió tierra sobre las aguas. El Islam considera el agua como un elemento sagrado, dador de vida y fuente de sustento y purificación.

Elemento vital oceánico y orgánico del que emerge la vida, algunos artistas han aludido desde la práctica contemporánea a esa potencia ritual y simbólica. En varios de sus trabajos, la artista Eulàlia Valldosera (Vilafranca del Penedès, 1963) explora el poder taumatúrgico del agua. “El agua es un receptor, un inmenso archivo planetario, el elemento con el mayor poder de almacenaje, es nuestro anclaje, siempre acepta, es como una placenta que almacena toda vibración a su alcance”. Su acción Agua Informada (2012) consistió en la localización de agua sana en subsuelo del espacio de intercambio artístico Halfhouse en Vallvidrera. Para ello, pidió a un geobiólogo que hiciera una prospección con la intención de detectar posibles desarmonías que más tarde serían corregidas por distintos artistas. Sorpresivamente, se descubrió una corriente de agua freática, lo que significaba que era un lugar potencialmente sanador.

Este poder vivificador y sanador del agua lo vemos también en Integraciones en agua (1982) de Yeni & Nan -nombre de la pareja artística formada por Jennifer Hackshaw (Venezuela, 1948) y María Luisa González (Venezuela, 1956). En esta performance, las artistas entran en una gran bolsa transparente llena de agua suspendida del techo que nos recuerda a un saco amniótico. Se ayudan mutuamente en perfecta armonía hasta que las artistas abandonan la bolsa, rompiendo el agua, simbólicamente renacidas.

Es bien sabido que el agua es la molécula más presente en todos los seres vivos. Además, el agua desempeña un papel biológico fundamental en cualquier organismo al depender de ella para desarrollar un gran número de funciones básicas para la subsistencia. La escasez o la falta de agua potable ponen en peligro la vida de cualquier ser vivo. Lara Fluxà (Palma de Mallorca, 1985), en sus cuatro trabajos llamados Estudio de salinidad (2011-2014), se centra en el análisis y observación de distintos medios acuáticos. El primero de ellos es una representación visual de la cantidad de sal por litro de agua que presentan un total de siete mares -Mar Rojo, Mar de Azov, Mar Mediterráneo, Mar de Bering, Mar Muerto, Mar Negro y Mar Báltico-. A través de una serie de “pruebas de contacto” se ha logrado cristalizar encima de telas absorbentes la cantidad exacta de sal que se encuentra disuelta en cinco litros de cada una de las diferentes aguas marinas.

La gestión y distribución del agua son un elemento clave para la subsistencia. A lo largo del tiempo, las sociedades han desarrollado complejos sistemas hidráulicos -caños, grifos, surtidores, pilones, pilas, estanques…- para asegurar la captación, el almacenamiento, el tratamiento y distribución del agua. El último proyecto de Gabriel Pericás (Palma de Mallorca, 1988), finalista al Premio Alhambra y presentado en ARCO’19, se inspira en el sistema de distribución de agua en la Alhambra. El artista estudió el sistema de distribución de agua de la Alhambra, su red de acequias, albercas y canalizaciones, para traducirlo – en colaboración con un luthier de Granada- en una serie esculturas de latón que aplican las técnicas artesanales propias de la elaboración de instrumentos de viento y metal, en el desarrollo de su propuesta escultórica.

Las fuentes han sido uno de los mecanismos que más estrechamente han unido arte y agua. Desde tiempos remotos, ha abastecido de agua a la comunidad, y se han convertido en punto de encuentro. Precisamente, fue este aspecto el que tomó como punto de partida Jaume Plensa (Barcelona, 1955) cuando recibió el encargo para realizar The Crown Fountain (2004). Como él mismo explica, la fuente era “un lugar de reunión donde una vez las personas venían a obtener agua, la sustancia de la vida, intercambiaban ideas”. Versión contemporánea de una gárgola, en The Crown Fountain, a lado y lado de la plaza, dos torres de 16 metros de altura cubiertas pantallas LED emiten caras de las que emerge un chorro de agua. La posibilidad de andar sobre la fina capa de agua que cubre el área de la plaza entre las torres y sus alrededores es uno de los elementos más poéticos del diseño.

La escultora Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) ha puesto el agua en el centro de sus últimos trabajos. La Deep Fountain de Amberes, Tres Aguas en Toledo, Forgotten Streams en Londres o Desde lo subterráneo en el Centro Botín de Santander son algunas de ellas. A estas se une una pieza site specific para el jardín modernista de Bombas Gens en Valencia compuesta por dos acequias de 14 y 11 m2. Para la creación de A través, Iglesias observó los cauces del río Turia y la inundación de 1957, así como los trazados de regadíos, para entender la relación que durante siglos ha tenido la zona donde se ubica el centro de arte con el agua.

Tan atrayente como aterradora, el agua nos fascina. Descension (2014), obra del escultor británico Anish Kapoor (Bombay, 1954) busca perturbarnos con uno de los elementos más comunes pero, a su vez, con uno de sus comportamientos más extraordinarios. La obra de Anish consiste en una especie de estanque de ocho metros de diámetro en cuyo centro encontramos un vórtice generado por el movimiento constante del agua. De este modo, produce un escenario en donde se presenta como inquietante entrada a una dimensión otra que no podemos ver. Una visión abismal que nos aterra pero que no podemos dejar de mirar.

En el agua se encuentran su carácter vivificador y su poder mortal. En 1975, el artista neerlandés Bas Jan Ader (1942 – 1975?) zarpó desde Cape Cod, Massachusetts, en un velero de una sola persona como parte de su obra de tres partes In Search of the Miraculous. Nunca completó su viaje transatlántico hasta Falmouth, Inglaterra: se perdió el contacto por radio a las tres semanas de partir. Ocho meses después, su barco fue descubierto parcialmente sumergido en la costa de Irlanda y llevado hasta La Coruña por un marinero español. El cuerpo de Ader jamás fue encontrado.

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Gisela Chillida es crítica de arte y comisaria independiente.

Published inCiclosPeriodismo cultural y otras pistasPUBLICACIONES

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